Blog para destruir mitos

La re-estatización de Aguas Argentinas deja lugar para varias reflexiones.

Sin embargo, hay algo que me llama en mayor medida la atención: escuché a numerosos analistas, "periodistas" (muy entre comillas) y gente en general afirmar que "ahora la empresa vuelve a ser nuestra".

¿Creerán esto en serio? ¿De verdad pensarán que las cosas del Estado son de todos? ¿No se dan cuenta que la función principal de las empresas del Estado no es social sino de enriquecimiento de algunos a costa de casi todos? ¿No es muy evidente eso?

La única justificación de las empresas manejadas por el Estado es el nacionalismo barato, aprovechado por los vivos de turno (que en general ocupan cargos públicos).

Insisto: el grueso de los individuos autodenominados argentinos tiene una notable deficiencia mental. No llega, siquiera, a comprender las obviedades menos refinadas.

Parece ser que los militares de Chubut hacian espionaje interno... (Link La Nación)

Esto me hace acordar una frase de Groucho Marx: "Inteligencia militar son dos términos contradictorios".

Algunas preguntas:

- ¿Para que le sirven las fuerzas militares hoy? ¿No constituyen una institución sin sentido para un país como Argentina?

- ¿Tienen los militares alguna función social más allá de "simbolizar" el sentimiento nacionalista y patriotero?

- ¿No sería mejor destinar las partidas militares para un gasto más productivo o, mejor, para reducir los impuestos?

Hay dos Feinmann conocidos en Argentina: el de "derecha" (Eduardo, de Radio10) y el de "izquierda" (José Pablo, del diario Página 12).

Para el establishment social, uno es fascista, militarista, represor. En fin, es "malo". El otro, el de "izquierda", es inteligente, tolerante y, en definitiva, "bueno".

Quiero romper con ese mito: los DOS me parecen soberbios deficientes racionales, es decir, "malos".

A pesar de sus diferencias de forma, el contenido los une: ambos son estatistas. Aunque con argumentos distintos, su mensaje final resulta ser el mismo: el individuo necesita de un Estado que regule y ponga orden a su vida, logrando así una sociedad hermosísima (que obviamente sólo es "hermosa" en la teoría).

Para mi, ese mensaje es los más repugnante que ha generado la mente humana.

En fín, es solo un comentario.

Con motivo de los 30 años del golpe militar del ´76, desde el Estado se presentó un programa destinado a las escuela, que tiene la finalidad de recordar y comprender "lo que llevó a la Argentina a la ruptura de la democracia, y cuáles son los mecanismos para que esto no vuelva a ocurrir". Link de La Nación.

Resulta ahora que hay una versión "estatal / oficial" sobre las causas y el significado del golpe de Estado de 1976.

En torno a este tema, llama notoriamente la atención la cantidad de veces que aparece el "Estado":

¿Quiénes realizaron el Golpe? Los militares (que son parte del Estado)
¿Quién ejecutó la represión ilegal? El Estado
¿Quién juzgó, condenó y luego indultó a los genocidas? El Estado
¿Quién se desdijo sobre las leyes de punto final y obediencia debida? El Estado
¿Quién quiere dar la versión "oficial" en las escuelas? El Estado

Resulta llamativo que nunca se aclare que la raíz de lo que pasó luego del ´76 es el enorme poder y al alcance del control que tuvo y tiene el Estado Argentino. Eso fue lo que dio el sustento para la matanza.

Lo que hay que hacer para evitar que vuelvan a suceder esas atrocidades es, justamente, hacer un Estado más débil, menos poderoso, menos interventor en las vidas de los individuos. Eso sería atacar el problema en su raíz.

En las escuelas argentinas, lamentablemente, se sigue formando "sirvientes del Estado" y no verdaderos ciudadanos. Y siguiendo este camino la historia, con mucha probabilidad, podría repetirse.

Y, como era de esperar, se declaró feriado el 24 de marzo en conmemoración negativa del golpe de estado de 1976.

Preguntas:

- ¿Cuántos de los legisladores que votaron a favor de ese feriado en aquel momento habrán festejado el golpe?

- ¿Cuántos argentinos estaban de acuerdo con ese golpe?

- ¿Cuántos argentinos aprobaban implícitamente la idea de "poner en su lugar a esos zurditos a través de cualquier medio"?

Argentina es, evidentemente, un país "chanta" y de "chantas": ahora, 30 años después, resulta que nadie sabía lo que pasaba y que, al final de cuentas, la mayoría comulgaba con el ideario revolucionario.

Guste o no, la semilla de la represión y la matanza la plantó el PUEBLO (sea lo que sea). Los militares, como ejecutores y genocidas a sueldo, sólo pusieron en marcha el deseo mayoritario siguiendo la obediencia debida.

Los franceses se quejan por la temida "flexibilización laboral" (ver link en La Nación).

Hace unos meses, Tony Blair (si, el inglés de la tercera vía) decía que los países con desempleo elevado deberían ser quienes aquellos con mercados laborales más flexibles.

El problema de los países con rigidez laboral (es decir, donde es más costoso echar empleados) es que los empresarios, a raíz de eso, piensan 100 veces antes de tomar más personal. En síntesis, no despiden a todos los que quisieran despedir, pero tampoco toman a todos los que podrían tomar.

Si hay desempleo, lo que hay que asegurar es, por lo menos, su "socialización". Es decir, hay que generar las condiciones para que un desocupado consiga empleo, por más que corra con el riesgo de perderlo en poco tiempo. Para ello, la única solución es reducir los riesgos y las trabas que tiene un empleador para despedir personal. Dicho de otra forma: debe abrirse la puerta de salida para que pueda entrar más gente por la puerta de entrada.

--------------------

Disgresión: ¿alguien entiende por qué los empleados públicos son intocables en Argentina?

Según mi visión sería mucho mejor al revés: deberían ser los puestos más móviles de todos. Imagino algo así como un "empleo público solidario", con alta rotación de personal. Sería una forma de aliviar el desempleo crónico que sufren cientos de miles de argentinos.

Además, se evitaría la "estatización de la personalidad" (*) de los individuos que trabajan para el sector público.

(*) Entiendo por "estatización de la personalidad" a ese extraño cambio que se da en las personas que trabajan en el Estado: pérdida de eficaciencia general, vagabundeo crónico en las instalaciones, desinterés absoluto, lentitud de movimientos, aires de superioridad, etc., etc.

Los secuestros sin juicio previo, o, mejor dicho, los robos de automóviles que adeudan impuestos realizados por la autoridad tributaria de la Provincia de Buenos Aires son preocupantes. Es una llana violación de la propiedad privada y de la Constitución (mucho para debatir sobre este tema no hay).

Sin embargo, lo más preocupante es la alegría que muchos argentinos expresan al ver que el dueño de un reluciente BMW o de un Mercedes Benz es coaccionado. Es indudable que la envidia hacia quien tiene más riqueza, regodea y carcome los espíritus de los mediocres.

¿Quién no escuchó alguna versión del difundido "Está bien, que le saquen todo. Le pasa por tener plata" ?

El problema no es el funcionario Montoya, sino la sociedad. Los secuestros son acciones pensadas y ejecutadas para que gusten a los argentinos faltos de espíritus y dignidad, que lamentablemente son amplia mayoría. "Ricos arrodillados": eso es lo que se quiere ver, y eso es lo que dan.

Es mediocridad en movimiento. Somos los argentinos en acción.

--------------

Disgresión:

En cuanto al secuestro de automóviles, no se pone de relieve lo importante: el robo que literalmente significan los impuestos. Solo hay que hacer simples sumas: de acuerdo a los datos que Rentas publica en su sitio, los vehículos que verifican deudas con el fisco totalizan un valor de más de 29 millones de pesos, mientras que el monto total adeudado por ellos es de más de 5 millones. Es decir, deben el 17% de lo que valen los rodados. Si se tiene en cuenta que se trata de unidades relativamente nuevas (con un par de años a lo sumo), esto quiere decir que en aproximadamente 10 años el Estado se "lleva" (o se roba, para ser más exacto) el valor del automóvil entero.

Pregunta: ¿es delito no pagar impuestos cuando uno sabe que ese dinero es una expoliación y, además, en gran parte será usado para financiar corrupción y gasto inútil?

Me resulta llamativa la frase hecha "estamos luchando contra la inflación".

A través de este giro lingüístico, se plantea una suerte de epopeya, un combate cuerpo a cuerpo contra una bestia enorme y sanguinaria que quiere destruir nuestras vidas pletóricas de alegrías.

Sin embargo, no luchamos contra nadie más que contra nosotros mismos. La inflación no viene de la nada: es una consecuencia de nuestros actos. Es una consecuencia de la devaluación de nuestra moneda.

Muchos negarán esto, y afirmarán que el alza de precios la causan los empresarios apátridas y especuladores que aprovechan el contexto. Reto a quienes argumenten así a que expliquen porque en la década del ´90 no había inflación. ¿Acaso en ese momento los empresarios no tenían la misma avidez de rapiñar que ahora?

No nos estamos enfrentando a un monstruo ajeno. Nos estamos enfrentando contra nosotros mismos. Lo peor es que seguramente seremos derrotados por enésima vez.

El gobierno argentino acaba de suspender por 180 días la exportación de carnes para combatir la suba de precios. Link de La Nación.

Conclusiones varias:

- Parecería ser que en pasados no tan remotos vivimos inflaciones que eran muy fáciles de controlar: con evitar exportaciones bastaba. Si hubieramos sabido a tiempo habríamos evitado la incorporación de varios ceros a peso ley "no se cuanto" y al ya olvidado austral.

- ¿Qué esperamos para cerrar definitivamente las fronteras y terminar con la inflación? ¡Quememos ya los contenedores de soja y trigo, así podemos condimentar nuestras ensaladas y comer sanwiches sin ajustarnos el cinturón!

- También podríamos prohibir la llegada de turistas extranjeros al país (no dejan de ser una "exportación").¡Así podríamos ir todos en viajes comunitarios y populares al Glaciar Perito Moreno!

(Lo anterior es una ironía. Aclaro esto para los desprevenidos/deficientes, que según mis estadísticas superan el 80% de la sociedad argentina).

- Es evidente que la Ministra de Economía no entiende nada de economía. Es más, creo que tiene problemas para razonar lógicamente.¡Controles de precios en el siglo XXI! En fín, no vale la pena gastar palabras en esto.(Esto no es ironía)

- Los empresarios de la carne empezaron a quejarse tarde. ¿Acaso no les gustaba la devaluación que tantas ganancias les dejó a través del mega-empobrecimiento del grueso de la población? Bueno, esto es una consecuencia directa de es política. A llorar a la Iglesia (o a la Casa Rosada, como ellos quieran).