30 noviembre 2006 

Taxis

Desde hace tiempo, el tema de los taxis me llama poderosamente la atención.
Por lo menos en Mar del Plata, existe una tarifa única para el servicio. No importan si uno se suba a un Renault 12 modelo 1990 o a un Ford Mondeo modelo 2006. Uno paga exactamente lo mismo.

Estoy seguro que la gente de análisis corto dirá enseguida: "me parece muy bien. A los servicios públicos hay que regularlos. No pueden cobrar lo que quieren".

Ahora, haciendo un análisis más profundo, uno podría preguntarse ¿y si, en realidad, lo que quisieran (o pudieran!) cobrar algunos fuera un precio más bajo? ¿Cómo se justificaría entonces la regulación?

En el fondo, aún los precios regulados tienen una mínima lógica de mercado, ya que de otra forma el servicio no se prestaría (por lo menos no por manos privadas).

Para decirlo de una manera más clara: la tarifa única de los taxis es el punto medio entre lo que debería cobrar el Renault 12 y el Mondeo. En realidad, me atrevo a más y podría asegurar que ni siquiera es un medio, sino el precio mínimo que estaría dispuesto a cobrar el dueño del taxi de mayor categoría en funcionamiento.

En este contexto, la tarifa de taxis se convierte en un subisidio doble. Por un lado, se subsidia al dueño del Renault 12, que en un marco de tarifa libre debería contentarse con cobrar menos por kilómetro recorrido (lo que no quiere decir que sus ingresos totales vayan a disminuir necesariamente). Al mismo tiempo, se subsidia a los pasajeros del Mondeo, que de otra forma muy probablemente deberían pagar más por el servicio.

Si algún desprevenido quería algún resultado concreto de los controles de precios, solo tiene que darse una vuelta por Mar del Plata y observar el parque de taxis. Como es lógico, abundan los Renault 12. Los Mondeos se cuentan con los dedos de la mano.

¿Qué impedirá la liberación de las tarifas? ¿El bien común o el lobby de los taxistas?

 

Chavitalista

Me resulta extremadamente gracioso como los adalides del anti-capitalismo hacen uso del producto más excelso del libre-mercado: el marketing.

A 4 días de las elecciones
Apuesta fuerte Chávez en su campaña

04:13 El líder venezolano cuenta con una gran infraestructura propagandística que incluye remeras, prendedores, gorros y hasta muñecos





Esto me hace recordar a esas personas que, especialmente en ambientes universitarios, todo el tiempo discursean sobre la desigualdad y la injusticia social que genera el capitalismo, pero que al terminar el cafecito irlandés en Las Cañitas se suben a su Mercedes alemán de no más de un año de antigüedad y van, enojados, a desparramar su "amargura" por otros rincones.

23 noviembre 2006 

¿Quién tiene razón?

Dentro de poco, los congresos de EE.UU. y Colombia deberán decidir si le dan el visto bueno al tratado de libre comercio entre ambos países.

En Colombia, la oposición es imp0rtante. El argumento: el libre comercio implica desempleo, pobreza y bla bla bla... He aquí una muestra de esta opinión:



(click aquí para leer el artículo original)


En EE.UU., la situación no es muy distinta. Numerosas personas se oponen aduciendo lo mismo que los Colombianos: más desempleo, más pobreza, y sigue el bla, bla, bla...



Traducción del título: "Los demócratas ganan a lo grande oponiéndose a los acuerdos de libre-comercio"
Link a la nota completa (en inglés)


Por lo tanto, uniendo ambos argumentos (que son el mismo, pero desde distintos lados), el libre comercio ya no sería un acuerdo de suma cero, donde lo que gana uno lo pierde el otro, sino que se trataría de una resta: pierden todos.

Pero esto suena bastante ilógico. Evidentemente, alguno de los 2 está equivocado. Si una parte piensa que va a perder puestos de trabajos, lo lógico es que el otro los gane.

Esta oposición, tanto de pobres como de ricos al libre-comercio, ¿no invalida en cierta forma los argumentos que exponen ambos?

¿Cómo es posible que los ricos piensen que los pobres les quitarán puestos de trabajos porque cobran menos, mientras que al mismo tiempo, los pobres teman que los ricos los suplanten gracias a su mayor poder económico?

Hay algo que no encaja... ¿Será que ambos están equivocados? ¿O será que el libre comercio (el real, no el que solo beneficia a algunos sectores privilegiados) es un salto cualitativo para todos?

¿El verdadero problema, escondido tras argumentos de buena voluntad, no será que la libertad de comerciar perjudica a algunos que tienen suficiente poder como para impedir esos cambios?

20 noviembre 2006 

Violencia en el primer mundo

Europa y EEUU surgen como dos modelos socio-económicos diferentes. Por un lado el capitalismo salvaje y el darwinismo estadounidense, y por el otro el modelo social de mercado europeo.

Supuestamente, uno da como resultado una violencia exacerbada, el otro da lugar una sociedad donde reina la paz y la solidaridad social.

¿Es esto así?

En un comentario del blog de Martín Varsavsky, se comparan cifras de homicidios y suicidios de Estados Unidos y Europa.

Según Varsavsky "en Estados Unidos hay 11 asesinatos cada 100.000 habitantes, mientras que en Suecia hay 1. Pero si consideramos al suicidio como una muerte violenta, resulta que Europa y Estados Unidos se equiparan bastante".

¿Será entonces que ambos modelos llevan al mismo resultado pero por distintos caminos?

Podrá decirse que "homicidio" y "suicidio" son totalmente diferentes. Pero yo no creo que sea asi. Ambos implican violencia y algún tipo coerción.

Otra diferencia que puede plantearse es que los suicidios europeos (especialmente en el norte del conteniente) son consecuencia del clima. Posiblemente en parte sea así. Pero, en casos como Francia o Suiza esta explicación pierde validez. De hecho, mientras que la tasa de suicidios en EEUU es de 11.9, en los 2 países mencionados es de 20.8 y 21.4, respectivamente.

Por lo tanto, el clima no explicaría totalmente el elevado nivel de suicidios europeos. Hay algo más en juego.

Mi hipótesis es que la elevada intromisión estatal en la vida cotidiana de algunos de estos países, configura un escenario de opresión sobre el individuo que obliga a la auto-violencia. El suicidio es una forma práctica de afirmar que lo social vale más que lo individual.

En EE.UU., la situación sería inversa. Por lo menos hasta hace unos años (previo al estatismo instalado por Bush y sus políticas de seguridad nacional), el stock de violencia se ejercía principalmente hacia terceros. Y esto se trataría de una expresión de la valoración del individuo por sobre la sociedad.

En definitiva, la presencia estatal en las vidas de las personas (el mal llamado modelo "social de mercado"), parece no reducir la violencia, sino simplemente ransformala. La violencia inter-individual que evita se convierte en una violencia intra-individual (me siento tentado a poner "violencia estato-individual").

¿Es más fácil combatir a los homicidas o cambiar las condiciones sociales/individuales que dan lugar al suicidio?


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BONUS TRACK: no creo que sea casualidad que el país con mayor tasa de suicidio de América Latina sea Cuba, con una tasa de 20 cada 100.000 habitantes.

16 noviembre 2006 

¿Existe la voluntad popular?

Si hay un concepto al que le tengo poco respeto es el referido al "pueblo".

"Pueblo" es probablemente una de las palabras que contiene intrínsecamente más cualidades positivas.

Hacer referencia a este concepto es prácticamente referirse a una voluntad santificada. Sin embargo, ¿cuál es esa voluntad? O, mejor ¿de quién es esa voluntad? ¿Qué o quién es el pueblo? ¿Es la voluntad del conjunto de individuos? ¿Es la voluntad que surge como factor común de esos individuos?

Si es la suma de las voluntades, entonces, el concepto de pueblo se convierte en un mero intento de simplificar toscamente los innumerables objetivos, necesidades y diferencias que se hallan en una sociedad. La imposibilidad de este objetivo lo transforma en nada.

Si es el factor común, ¿qué tan extensa sería la voluntad resultante? Si las diferencias inter-individuales son tan grandes, resulta evidente que el factor común será pequeño, y tendiendo a cero siguiendo el ritmo de la mayor complejidad social implícita en la evolución histórica.

Queda una tercera opción: que la "voluntad popular" sea solamente la voluntad de aquellos que pueden imponerla (por la fuerza, por el carisma o por lo que sea).

"Pueblo" se asemeja mucho a rebaño. Y todo rebaño necesita un pastor que lo dirija. Son quienes se aprovechan de la imposibilidad de saber cuál es la verdadera voluntad del pueblo, para imponer la propia.

Esta imposibilidad de determinar la voluntad popular es la que lo convierte en un concepto-cáscara, que por dentro no contiene más que la nada. Es por esto que los pastores nunca exaltan la voluntad popular per se (porque no se conoce ni se conocerá), sino que el extasis discursivo proviene del hecho de que el pueblo tenga voluntad. E, indefectiblemente, se trata de una voluntad que ellos representan (¡y crean!).

Entonces, si la voluntad popular es en el fondo la voluntad de unos pocos, ¿es una voluntad que legítimamente puede gobernar la vida de todos?

En otras palabras, ¿tiene más valor o legitimidad la voluntad disfrazada de popular de un grupo de personas que la voluntad individual de cualquier otro miembro de la sociedad?

13 noviembre 2006 

La cara oculta del abolicionismo

Página 12 publicó una nota realizada a Louk Holsman, quien sostiene que el derecho penal y las cárceles deberían abolirse. Click aquí para acceder al artículo.

Personalmente coincido en las grandes líneas que plantea. Sin embargo, me parece que deja de lado una parte importante: si el Estado deja de cumplir su rol represor (algo a lo que adhiero), debe hacerlo para todos sus integrantes, es decir, aún para aquellos que busquen justicia por mano propia.

En otras palabras, si el Estado desistiera del uso de su fuerza monopólica para castigar a quienes atenten contra un tercero, los individuos estarían entonces habilitados a organizarse privadamente para asegurar justicia y seguridad.

En este escenario, por poner un ejemplo, ¿qué sentido tendría la policía pública o el sistema judicial? ¿Su existencia no implicaría una notoria contradicción con la filosofía que justifica el abolicionismo?

Más aún, aplicar estos principios, ¿no significa, en definitiva, aceptar las ideas de un "Estado mínimo"? Creo que sí.

En definitiva, abolicionismo significa menos Estado y más libertad individual. Y por eso me gusta.

Derechas e izquierdas, ¡únanse en la crítica!

10 noviembre 2006 

Botando el voto

La democracia masiva ha transformado el voto en una simple transacción.

Cuando uno vota no da su opinión, sino que legitima la opinión de otro.

El paradigma: Carlos Menem. ¿Cuántos de quienes le ofrecieron sus votos a fines de los ochentas conocían verdaderamente que pensaba esta persona? Pero podríamos ir un poco más adelante: ¿que proporción de quienes votaron a Kirchner en el 2003 presumía la política anti-militar que implementaría?

En definitva, votar no es decidir, sino delegar. Para muchos es una forma de sacarse la responsabilidad de encima. "¡El problema son los gobernantes!". ¿Cuántas veces se escucha en boca de gente que religiosamente vota una vez cada dos años y que espera ansiosamente hacerlo más seguido? ¿Acaso no es clara esta contracción de quejarse de los mismos gobernantes que se eligen cada dos años?

Votar se ha convertido en un trámite. Odio la burocracia y consecuentemente odio los trámites. Por eso no voto. Por eso no legitimo la opinión de nadie.

¿El voto obligatorio no nos convierte en esclavos por unos instantes? ¿No es a la política lo que el servicio militar forzado era a la milicia?

¿Elegir entre votar o no, no entra en la categoría de "derecho humano"?