Blog para destruir mitos

Argentina es un país raro.

Un grupito de gente decide decomisar bienes sin siquiera mediar la posibilidad de ejercer derecho a la defensa y menos aún de un juicio previo y no sucede nada.

Así comienza la nota: "Desde ayer la Secretaría de Ingresos Públicos bonaerense comenzó a hacer uso del poder que le permite secuestrar aquellos vehículos valuados en más de $ 35.000 que registren deudas fiscales superiores al 10% de su precio." Click aquí para ver la nota completa.

Me pregunto, ¿no sería una oportunidad excelente para que un político gane votos? Entonces, ¿por qué ni uno solo, ni siquiera aquellos tildados y auto-tildados de "liberales" sale a cuestionar la medida publicamente?

Esta situación me lleva a pensar que en realidad nadie en nuestra dirigencia cree seriamente en los valores de la libertad como medio de progreso social. En el fondo son todos estatistas.

Estamos condenados... y no al éxito.

Pensamientos y dudas paralelas:

• ¿Decomisar sin juicio no es un robo con falsos aires de legalidad? ¿Algún día alguien irá preso por este tipo de atropellos?
• ¿Solo a mi me parece tan increíble que suceda esto? ¿No es algo terrible?
• Literamente nos están robando en la cara... ¿por qué nadie reacciona?
• ¿No es hora de aplicar la rebelión fiscal que propuso el sindicalista Moyano hace unos años?
• Quizás no sea tan malo que jueguen con el fuego impositivo... De ahí vinieron las grandes revoluciones de la humanidad. ¿Llegará la Revolución Argentina?
  

No es novedad que América Latina se volcó a la izquiera: Evo Morales en Bolivia, Hugo Chávez en Venezuela, Michele Bachelet en Chile. Estas últimas elecciones ponen en evidencia la esperanza que los pueblos sudamericanos depositan en que el progreso vendrá de la mano de un Estado más fuerte e interventor.

En el mundo desarrollado, todo es muy distinto. En Canadá, los conservadores, de la mano de Stephen Harper, resultaron ganadores en las recientes elecciones. En Alemania, Angela Merkel, también del partido conservador, fue electa Canciller. En Japón, las últimas elecciones legislativas dejaron como ganador al partido del Primer Ministro Koizumi, obteniendo el apoyo necesario para privatizar (SI, PRIVATIZAR!!) el correo estatal.

Reflexión: es muy claro que en el futuro la brecha entre América Latina y el mundo desarrollado va a ensancharse aún más. Evidentemente, las visiones sobre el futuro son notablemente diferentes entre estas sociedades. Unas apuntan hacia un desarrollo motorizado por la sociedad civil y el sector privado. Otras, hacia fórmulas intervencionistas ya probadas y fracasadas, que disfrazan al Estado como gran salvador.

¿Quién estará tomando el camino correcto? A mi no me quedan dudas.

Tuve que inventar una palabra: amorodio. Este concepto hace referencia a amar a alguien que se odia. Y viene en referencia a un artículo de Foreign Policy, cuya introducción traduzco:

"El resto del mundo se queja de que la hegemonía estadounidense es imprudente, arrogante e insensible. Pero no esperemos que haga algo para cambiar eso. La culpa secreta del mundo es que disfruta de la seguridad y la estabilidad que provee Estados Unidos. El mundo no lo admitiría, pero extrañará al Imperio Americano cuando no exista más".

Link del artículo (en inglés): www.foreignpolicy.com/story/cms.php?story_id=3331

Sinceramente, no me gusta demasiado el rumbo que ha tomado el Gobierno de EE.UU. (hablo del gobierno y no de la sociedad civil) en los últimos tiempos. Es un gobierno que, para mis preferencias, es demasiado guerrero y limitante de las libertades individuales... Pero entiendo (y espero!) que se trata de una coyuntura.

El problema de EE.UU. es que ha sido designado policía del mundo por decisión de su propio gobierno y por encargo del resto del mundo desarrollado. Sin embargo, me parece que en el fondo es algo que su sociedad no quiere.

El escenario post-Irak, y la salida de Bush, podría marcar el comienzo de una política menos participativa de ese país en los conflictos ajenos.

Si sucede eso, ¿extrañará el mundo al país que hoy odia? Me da la impresión que si... y mucho.

En una sección sobre advertencias de futuras catástrofes naturales de Foreing Policy en español, encontré esta:

Buenos Aires, Argentina

• Posible catástrofe: Subida del nivel del mar.
• Escenario: Una tormenta causada por un ciclón tropical podría inundar el río de la Plata, que aplastaría los diques que rodean la deprimida zona de Boca.
• Bajas: Entre 300 y 1.000 muertos.
• Pérdidas estimadas: Unos 375 millones de euros.

Acá va el link: www.fp-es.org/dic_ene_2006/story_12_6.asp

En realidad mucho no tiene que ver con este blog, pero bueno...

Cambiando de tema, ¿qué habrá pasado con Nueva Orleans?

Google fue elegida la marca más influyente del 2005 en una encuesta realizada por la revista BrandChannel.

No es un dato para tomar a la ligera. El hecho que una empresa de tan sólo 10 años de antigüedad sea considerada la marca más influyente es un indicador claro del escenario de ebullición y alzas y bajas en el que se desarrolla la economía global.

Superficialmente puede pensarse que el capitalismo es un ordenamiento económico que tiende a preservar el status quo. Pero eso es una total MENTIRA. El capitalismo es movimiento, es cambio permanente.

El capitalismo es el único sistema económico que ofrece la oportunidad a quienes hoy están abajo, de estar arriba mañana.

Hay cosas que no tienen explicación.

Por un lado, todos los días en los diarios argentinos hay alguna noticia sobre "acuerdos" de congelamiento de precios entre el gobierno y las empresas. "Acuerdo" va entre comillas porque no se trata de tal cosa en sentido estricto. El planteo del gobierno es: "lleguemos a un entendimiento porque sino entran en escena nuestros amigos piqueteros o les aumentamos los impuestos" . En síntesis, es una "extorsión".

Por otra parte, hoy leo en el diario El Cronista que el país se encuentra entre los que tienen mejores perspectivas empresarias de toda iberoamérica (informe en PDF).

¿Cómo se entiende esto? Evidentemente la lógica no funciona en estos casos. ¿Quién, más allá de un analfabeto económico, puede creer que las cosas irán mejor si se restringe el normal movimiento de los precios? ¿Hemos sido víctimas de una lobotomía que, incluso, ha afectado a los empresarios?

Recomiendo estos 2 libros:

- "El banquero anarquista", de Fernando Pessoa.
- "Juliano, El Apóstata", de Gore Vidal

El primero, a través una lógica contundente y argumentos novedosos, pone claridad sobre la filosofia de la "no-coerción" o anarquismo-capitalista.

El segundo muestra los esfuerzos de un hombre luchando por impedir que nuevos valores sociales reemplacen los tradicionales.

El socialismo de Evo, tan en boga últimamente en las tierras del sur de América, es una ilusión. Evo significa para la estructura política boliviana más de lo mismo que impidió su desarrollo social y económico: el verticalismo del poder, el centralismo estatal y, en fín, el mito social de que una sóla persona puede salvar a todos.

El fracaso de Bolivia es político, no económico. La pobreza es producto de su orden institucional, no de su configuración económica.

Evo propone "industrializar". Ahora, ¿cómo llega a industrializarse un país? ¿Por la decisión de un mesías o por la labor diaria de miles de personas que innovan, emprenden y crean libremente?

Pensar y analizar los casos exitosos a nivel mundial a veces no es "importar modelos externos" sino evitarse tropezar con las piedras con las que ya tropezaron otros.

Bolivia necesita Fords, Graham Bells, Ibukas, Gates, Jobs y no Castros, Videlas, Maos, Francos o Guevaras.

El discurso de Evo, resulta atractivo para quien lo escucha, porque intenta mostrar que la solución a los males de un país es sólo una cuestión de que una persona tome las riendas y maneje todo. Es una "fantasía de la facilidad", que en la práctica siempre (¡SIEMPRE!) conduce al fracaso, no solo económico, sino social.

No es cuestión de izquierdas ni de derechas. Lo preocupante es que la ideología de Evo implica más centralismo y control social. Su ideología, claramente, fabrica esclavos mentales.

Evo es el mismo libro de siempre, pero con otro título y otro prefacio. El final será igual.

En estos tiempos de inflación, uno se harta de escuchar declaraciones de asociaciones y secreatarías de "defensa del consumidor".

Pero además de los precios de los bienes y servicios, hay constantes aumentos de impuestos: IVA, Ganancias, Ingresos Brutos, Inmobiliario e, inclusive, tasas municipales. En este contexto, nunca escuché sobre la existencia de una asociación o secretaria de "defensa del contribuyente", algo que sería mucho más necesario.

Los precios de la economía privada son voluntarios. Es decir, nadie está obligado a consumir determinado producto, y puede elegir por otro sustituto de menor precio (con excepción de los casos regulados por el Estado, como electricidad, teléfonos, etc.).

Los impuestos, por el contrario, son obligatorios. Se pagan o se es delincuente. Así de simple.

¿Que hay que controlar entonces? ¿Los precios de las empresas que compiten por captar las preferencias de los consumidores o los impuestos de un estado que los fija y los cobra en forma absolutamente monopólica? En tiempos de Montoyas y otros dictadores impositivos, la inexistencia de defensores del "pagador de impuestos" es un indicio más del destino mediocre que merecemos.

¿Dónde están los políticos, académicos, funcionarios, activistas, periodistas, empresarios y demás "líderes sociales" a la hora de ponerle límites a un Estado insaciable y, consecuentemente, anti-republicano?

Vínculo relacionado: Unión Nacional de Pagadores de Impuestos de EE.UU (www.ntu.org)

Repasando los dos posts anteriores, me doy cuenta que utilicé dos veces la misma idea: la de la ineficiencia mental argentina. ¿Será que la genética del argentino promedio ha degenerado hacia un estado sub-humano?

Recientemente recibí un e-mail de la consultora McKinsey sobre algunas tendencias mundiales que marcarán el 2006. Se trata de datos que los deficientes de mente no podrán comprender cabalmente: es un mundo que definitivamente no entienden y que no quieren entender.

Transcribo las tendencias que me parecieron más sugerentes:

- Capacidad computacional de un procesador Intel, medido en instrucciones por segundo:
1971: 60,000
2005: 10,800,000,000

- Número de planillas de impuestos de Estados Unidos realizadas en India:
2003: 25,000
2005: 400,000

- Capitalización de la Bolsa de Nueva York in 2003: $11 trillones (11.000.000.000.000)

- Número estimado de chinos que alcanzarán ingresos europeos en 2020: 100 millones

- Proporción de Latinoamericanos que preferirían una dictadura a la democracia si mejora su condición de vida: 50%

-Musulmanes como porcentaje de la población global:
2000: 19%
2025 (estimado): 30%

Inventé un breve testeo para saber la orientación ideológica personal. Acá va:

Seleccione la opción preferida.

- ¿En qué país preferiría vivir?
a) Corea del Norte
b) Australia

- ¿En qué moneda prefiere mantener sus ahorros?
a) Yuan
b) Dólar

- ¿En que universidad preferiría estudiar?
a) Universidad de La Habana
b) Universidad de Oxford

Si eligió tres b: usted es un "capitalista"
Si eligió dos b: usted es "bastante capitalista"
Si eligió una b: usted es un fanático de izquierda
Si no eligió ninguna b: usted tiene serios problemas mentales

Según el diario El Cronista, la mayoría de los argentinos apoya el control de precios. La nota está basada en datos ofrecidos por la consultora OPSM. Según este relevamiento:

"64,9% de los sondeados está a favor de un control de precios sobre la economía en caso de "que el incremento inflacionario llegara a un punto tal que las medidas actuales (acuerdos sectoriales) no diesen resultado"

¿Cómo puede uno culpar al gobierno de hacer lo que hace? En nuestro contexto social, Kirchner surge como un moderado, más cerca de la ortodoxia económica que el argentino medio. En este escenario: ¿qué otra opción le queda al gobierno más que montar una obra de teatro con acuerdos de precios y cosas similares?

Mensaje a los controladores de precios (el 65%): ¿En qué país viven? ¿En el mismo en dónde fracasaron TODOS los controles de precios implementados? Comenzando por Perón y siguiendo por las dictaduras militares, Alfonsín e, inclusive, Menem, los gobiernos utilizaron medidas intervencionistas que, al fin de cuentas, solo generaron más caos. ¿Puede pretenderse que haciendo más de lo mismo se lograrán resultados distintos? Habría que ser deficiente mental para creer que si.

Esto me lleva a una pregunta adicional: ¿El 65% de los argentinos será deficiente mental?