Establishment
Resulta extraño, entonces, que se lleven tan bien.
El domingo pasado, La Nación le realizó una entrevista a Enrique Pescarmona, Presidente del Coloquio de IDEA y uno de los empresarios más poderosos del país.
Entre otras, dijo estas cosas:
-Estamos en un círculo virtuoso. Creo que la estrategia que siguen el Presidente y su gobierno es buena... La estrategia argentina está bien porque se basa en tres cosas fundamentales: tipo de cambio alto, superávit fiscal y comercial y desendeudamiento de la economía. Es el mismo esquema que les permitió a los países asiáticos crecer el 10% durante muchísimos años.
-Siempre que se habla de esos países se piensa en salarios bajos.
-Y nosotros tenemos salarios bajos.
-Por eso. ¿No es un problema?
-Pero veamos el contexto nuestro: 30% de pobreza y 13% desempleo. Es mucho más fácil crear puestos de trabajo con salarios más bajos. Está claro. En los 90 teníamos salarios altos. ¿Y qué pasaba? Las empresas le ponían una lupa a todo; no teníamos ni un tipo de más porque... ¿sabe qué? Uno se fundía. Entonces, para la economía y para la gente, en este contexto, evidentemente conviene que sigan así. Y convengamos en que, en los últimos dos años, los salarios han subido mucho más que la inflación. Es un problema social que lo vamos a tener que atacar, pero, mientras no tengamos trabajo, no lo vamos a poder atacar.
¿No es extraño que el establishment esté tan conforme con Kirchner? ¿No será que con el progresismo, aunque deban soportar ataques verbales, al final terminan siendo los grandes beneficiados?
Cuando los empresarios que hacen negocios con el gobierno, como Pescarmona, son más optimistas y están mejor que el promedio, es porque algo anda mal. Muy mal.
Lo único bueno es que son frontales y no tienen empacho en afirmar que los salarios bajos son buenísimos para la economía. Para la economía de ellos, evidentemente...