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23 enero 2006 

Evo-lución o Evo-ilusión?

El socialismo de Evo, tan en boga últimamente en las tierras del sur de América, es una ilusión. Evo significa para la estructura política boliviana más de lo mismo que impidió su desarrollo social y económico: el verticalismo del poder, el centralismo estatal y, en fín, el mito social de que una sóla persona puede salvar a todos.

El fracaso de Bolivia es político, no económico. La pobreza es producto de su orden institucional, no de su configuración económica.

Evo propone "industrializar". Ahora, ¿cómo llega a industrializarse un país? ¿Por la decisión de un mesías o por la labor diaria de miles de personas que innovan, emprenden y crean libremente?

Pensar y analizar los casos exitosos a nivel mundial a veces no es "importar modelos externos" sino evitarse tropezar con las piedras con las que ya tropezaron otros.

Bolivia necesita Fords, Graham Bells, Ibukas, Gates, Jobs y no Castros, Videlas, Maos, Francos o Guevaras.

El discurso de Evo, resulta atractivo para quien lo escucha, porque intenta mostrar que la solución a los males de un país es sólo una cuestión de que una persona tome las riendas y maneje todo. Es una "fantasía de la facilidad", que en la práctica siempre (¡SIEMPRE!) conduce al fracaso, no solo económico, sino social.

No es cuestión de izquierdas ni de derechas. Lo preocupante es que la ideología de Evo implica más centralismo y control social. Su ideología, claramente, fabrica esclavos mentales.

Evo es el mismo libro de siempre, pero con otro título y otro prefacio. El final será igual.

Es así, Martín, comparto lo que dices. Lo que más me llama la atención, y que daría para varios tratados de sociología y psicología, es por qué nos seguimos empeñando en estos disparates.

Veo el enorme entusiasmo que despiertan estos personajes y tengo que llegar a la conslusión de que lamentablemente esto es lo que somos.

Me parece que la única solución es vivir en un esquema ultra-estatista por un tiempo para que nos demos cuenta que no funciona.

Lo único bueno de todo este proceso es que están saturando tanto con el discurso pro-Estado que van a terminar generando toda una generación de anarquistas!

Hace 150 años Alberdi se preguntaba: ¿De dónde surge la riqueza? ¿Acaso puede el gobierno decretar la riqueza?
...parece que nosotros todavía no aprendimos que la respuesta era.... ¡negativa!

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