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13 febrero 2006 

9 por ciento

En el 2005 la economía argentina logró nuevamente una notable tasa de crecimiento: esta vez de 9%. Es un resultado para aplaudir calurosamente.

La pregunta que debería hacerse a continuación es: ¿cómo se distribuye este crecimiento? Y entonces los aplausos se entibian.

Es muy claro que el gran beneficiado es el propio Estado:

  • Entre diciembre de 2004 y el mismo mes de 2005, la recaudación creció más de un 40%.
  • La recaudación del impuesto a las ganacias creció más de 140% (!).
  • Sin embargo, en ese mismo período, la recaudación en concepto de IVA aumentó tan sólo 29% (esto como consecuencia de la inflación y, en menor medida, del incremento del consumo).
Esto da lugar a varias conclusiones, entre las que destacaría las siguiente:
  • El hecho de que el impuesto que más creció sea el aplicado a las ganancias, pagado fundamentalmente por quienes tendrían un mejor pasar económico, es un indicio de que el crecimiento es regresivo.
  • El Estado crece a una tasa muchisimo mayor que el resto de la economía. Hoy, el sector público, sin contar a los municipios, constituye el 30% de la economía.
En una sociedad sana debería verse con preocupación que el Estado (es decir, el grupo que gobierna) concentre no tan sólo el poder político, sino también el económico.

No hemos aprendimos la lección que nos dejaron la dictadura y los gobiernos que siguieron: no es bueno que el poder sólo pertenezca a unas pocas manos. Esto lleva a persecuciones insensatas, al sufrimiento económico, al caos social y, en el mejor de los casos, a la corrupción.

Martín, la economía argentina crece a esas tasas después de una caída que no tiene antecedentes en la historia moderna del país. Por supuesto, después de desplomarse a niveles nunca vistos, cualquier aumento en la actividad da tasas extraordinarias.

Me hace acordar un poco al viejo chiste del chico que le muestra el boletín al papá con un dos en todas las materias. Cuando el padre le recrimina, le contesta que significa un aumento del 100% sobre el uno que se sacó el bimestre anterior.

Vuelvo a insistir, en los odiados 90s, el objetivo de mediano plazo era alcanzar el PBI per cápita de España para el bicentenario de la Revolución de Mayo. En la Argentina neopopulista, el objetivo de máxima es recuperar el PBI per cápita de la Argentina en 1998. Si esto no es ser unos vivos bárbaros, que alguien me explique qué es ser vivo.

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