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12 junio 2006 

Pobreza y Dignidad

Según La Nación, estos son los sueldos de algunos Presidente:

- Néstor Kirchner: 1.540 euros
- Evo Morales: 667 euros
- Lula: 2.900 euros
- Fidel Castro: 32 euros

(Nota completa aquí)

¿Quién puede creer que estos Presidentes, teniendo en cuenta sus [ir]reponsabilidades, viven con estos magros ingresos oficiales? Pero, desde el punto de vista del posicionamiento político, es necesario mostrar cierto ascetismo que cuadre con la mentalidad promedio del subdesarrollo, que cree que menos es mejor.

En el fondo, en este típico razonamiento mediocre, subyace la idea de que "la pobreza es digna". Definitivamente esto no es así, porque la indignidad de los pobres vale mucho menos: a cambio de una caja de alimentos de dudosa calidad o de un par de zapatillas, muchos pobres se dejan tratar como ovejas en rebaño.

La dignidad es un concepto surgido de la riqueza. Cuando ya todas las necesidades básicas han sido satisfechas, recién ahí un individuo puede comenzar a preocuparse de su dignidad, el primer escalón de su trascendencia.

En síntesis, y a riesgo de ser más impopular aún, he llegado a la conclusión de que la pobreza es el caldo de cultivo de la indignidad y que, yendo a contramano del enraizado mito tercermundista, más riqueza es mejor.

Sólo cuando el grueso de la sociedad deja atrás ese mito "pro-pobreza", puede lograrse el verdadero progreso.

Creo que fue la ex gorda Carrió la que hizo popular la frase aquella de “es preferible ser pobres pero con Dignidad”. No debemos preocuparnos, vamos a tener Dignidad para tirar para arriba.

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